Las Metamorfosis encadenan a lo largo de quince libros relatos míticos con un tema común: las transformaciones experimentadas por seres de todo tipo. Estos relatos fantásticos se exponen en una línea cronológica que va desde la creación del mundo hasta la propia época del poeta. En el primero de ellos un hombre se convierte en lobo, en el último Julio César es deificado.
El elemento de la transformación no es solo el punto común entre los relatos, afecta a todo lo existente, incluido el propio poema. En efecto, este ofrece una variedad deslumbrante en todos los aspectos, también en el género; pero siempre sin perder de vista el modelo de la Eneida de Virgilio, frente a la que Ovidio propone un tipo de épica diferente.
A Ovidio debemos la creación de la mitología clásica como entidad. Ninguna obra antigua salvo sus Metamorfosis ha ofrecido una "enciclopedia" tan completa de este material y un tratamiento en conjunto, entrelazando sus cerca de 250 historias en una única narración.
El mito proporcionaba a la representación artística un material inmenso que fue aprovechado intensamente en todas las épocas. De manera especial en el Renacimiento, cuando las Metamorfosis se convirtieron en un manual para los artistas.

Ms. 282

Manuscrito del siglo XII. Letra gótica textual. Escrito en pergamino, en Inglaterra o en Normandía (área del Canal de la Mancha). Mutilado por el final: contiene hasta el libro X, 208.
En las páginas abiertas se ve el final del libro V y el comienzo del VI, encabezado con esa inicial decorada con arabescos: Praebuerat dictis Tritonia talibus aures.

BG/34352

P. Ouidij Nasonis Metamorphoseos libri moralizati cum pulcherrimis fabularum principalium figuris. Lyon: Jacques Huguetan, 1518.

El texto de Ovidio comienza en la página de la derecha (In nova fert animus mutatas dicere formas corpora) y va acompañado de notas y comentarios de Raffaele Regio, Pierre Lavin y de otros autores.
El libro se abre con una ilustración (izquierda) que representa las zonas de la tierra en función de su temperatura (en el centro), los vientos y sus moradas (los radios y la circunferencia exterior), y los cambios estacionales (franjas verticales), que sirven para relacionar los vientos con su orientación.
Cada libro está encabezado por títulos y argumentos atribuidos a Lucio Celio Firmiano Lactancio, además de por una ilustración que, generalmente, corresponde a la primera historia. En este caso, el libro I, en la parte superior de la página derecha vemos representada la creación del mundo.