Reforma del calendario en 1582

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17 septiembre 2012

Carabias Torres

La profesora de la Universidad de Salamanca, Ana María Carabias Torres, viene dedicando desde hace tiempo atención a la cultura científica del Renacimiento, sobre todo en el ámbito de la Universidad de Salamanca. Ve ahora la luz un extenso trabajo sobre la reforma del calendario que se llevo a cabo en 1582, aunque su historia se remonta bastantes años antes. El libro se titula Salamanca y la medida del tiempo y ha sido publicado en julio de 2012 por Ediciones Universidad de Salamanca.

Las fuentes originales que utiliza son los manuscritos: Biblioteca Apostolica Vaticana, Vat. Lat. 7049; Salamanca, Universidad, BGH Ms. 97; y Madrid, Real Academia de la Historia 9/2073.

Hay transcripción de los textos y traducción al castellano. Del  manuscrito de la Universidad de Salamanca se ofrece además una reproducción al final del libro.

Esto es lo que el libro dice de sí mismo en su cuarta de cubierta:

«Entre los veinte textos españoles con los que la UNESCO inauguró la Biblioteca Digital Mundial se encuentra la Pragmática sobre los diez días del año, documento firmado por Felipe II ordenando la reforma del calendario en todos sus reinos. Esta pragmática siguió a la bula Inter Gravissimas, expedida el 24 de febrero de 1582 por el papa Gregorio XIII que imponía dicho cambio sobre la cristiandad. Esta bula modificó el calendario juliano y ofreció uno nuevo llamado a partir de entonces «calendario gregoriano». La elección por parte de España de la Pragmática sobre los diez días del año para una biblioteca tan emblemática como la de la UNESCO refleja, sin ninguna duda, la importancia que tuvo en su día la reforma del calendario y la que ha seguido teniendo para la historia de la humanidad, pues hasta la actual norma internacional para la representación de fechas y horarios lo utiliza.

El cometido de este libro es el estudio y publicación de los proyectos elaborados a tal fin por la Universidad de Salamanca a lo largo del siglo XVI, uno redactado en el año 1515 y otro en 1578, ambos bajo la solicitud simultánea de papas (respectivamente León X y Gregorio XIII) y reyes (Fernando el Católico y Felipe II).

La primera y más importante de las conclusiones a las que se llega es que la Universidad de Salamanca inventó en 1515 un procedimiento matemático que permitía enlazar en un cómputo convergente el distinto ritmo del Sol y de la Luna; y que lo hizo de forma tan exitosa como para haber sido este proce¬dimiento el que finalmente ratificaron los expertos vaticanos y el propio pontífice como base de la reforma gregoriana del calendario; descubrimiento que hasta el día de hoy se había atribuido al italiano Luigi Lilio. Este es un logro relevante para la ciencia e historiográficamente desconocido, que demuestra, una vez más, la excepcionalidad de los conocimientos matemáticos y astronómicos existentes en el seno de la Universidad de Salamanca en torno a esas fechas».

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