Biblioteca de la Casa ducal de Osuna

4, febrero, 2015

La historia de muchas de las bibliotecas particulares es la historia de un esfuerzo vano, la voluntad de apresar en volúmenes el vasto conocimiento de la humanidad para que, al final, la muerte hagaSuperlibros de Osuna dispersarse los libros «como los pajarillos del monte» –como decía Juan de Segovia en fechas tan lejanas como mediados del siglo XV–. Unas veces será la desidia de los herederos o sus deseos de convertir el conocimiento en riqueza monetaria, otras veces la necesidad de pagar unas deudas, otras la falta de un destinatario final…, en fin, la compra, la almoneda pública, incluso la pérdida como destinos posibles para algo que tanto esfuerzo costó reunir.


En el caso que nos ocupa fue el denodado esfuerzo del último de los portadores del título nobiliario –Mariano Téllez-Girón y Beaufort Spontin, XII Duque de Osuna, muerto en 1882– en llevar a la ruina a su propia familia lo que obligó al estado español a comprar una biblioteca en inminente riesgo de salir de nuestras fronteras (1884).


Aunque no salió de España, la colección fue dispersada entre varias instituciones públicas, entre ellas, diferentes bibliotecas universitarias. En muchas de ellas, a su vez, lo que una vez fue un fondo concreto, se dispersó entre todos los volúmenes de su colección, de modo que, actualmente, no resulta fácil saber qué libros proceden de aquella biblioteca nobiliaria.


En el último número de la revista Pecia de la Biblioteca histórica de la Universidad Complutense de Madrid, hemos hecho desde nuestra biblioteca una pequeña aportación para ayudar a identificar los ejemplares que proceden de esta riquísima biblioteca.

Poseedores y antiguas procedencias